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Partipral

Fue el mejor caballo español en la década de los noventa. Ganó 16 carreras y más de 100 millones de pesetas en premios. El hijo de Procida y propiedad de la cuadra Marqués de Miraflores, fue adquirido cuando tenía dos años en Deauville por Christian Delcher por tan sólo 1.300.000 pesetas.
Era un caballo de una alzada tremenda, 1,73 metros, y con un físico no demasiado atractivo con el que logró demostrar grandes virtudes en la pista. Tras su debut en 1991, fue víctima de una artritis de rodilla y de otras lesiones que le apartaron de la competición durante más de 7 meses. Tras su reaparición en un reclamar, termina segundo de The Englishman y gana dos carreras de categoría menor.
Su gran potencial lo demuestra a cuatro años ganando cuatro carreras entre 1.400 y 1.600 metros y se proclama mejor velocista del año, aunque sólo puede acabar quinto en el Gobierno Vasco porque otra lesión le tuvo escayolado durante 45 días.
A los cinco años empieza su relación con el jockey que lo llevará a lo más alto: el colombiano Santiago Calle. Gana el Hispanidad y Enrique Sarasola decide comprar la mitad del caballo al Márques de Miraflores, por 10 millones de pesetas. A esta edad, se decide probar suerte en el extranjero. Gana el grupo III André Baboin, sobre 1.900 metros, y su preparador Mauri Delcher empieza a darse cuenta de que el caballo tiene mucha más distancia de la que en un principio se le atribuía.
Por ello, corre el Memorial Duque de Toledo de 1994 y se impone por nueve cuerpos a Alexandrovich, La Strada y Toba. A partir de este momento se pone como objetivo prioritario correr el siguiente Arco del Triunfo. En su debut parisino acaba sexto en el Prix Ganay (Grupo I). Sus propietarios deciden cambiar de preparador y se lo encomienda a Elli Lellouche. En su cuarta salida francesa con el nuevo entrenador se adjudica el grupo II, Maurice Neil. Dos meses después Partipral corre el Arco del Triunfo, donde acaba séptimo de 17 con un recorrido muy típico suyo: viniendo de finales (el terreno pesado le perjudicó notablemente); semanas más tarde termina cuarto en el Royal Oak (Grupo I) y vuelve a adjudicarse el Memorial Duque de Toledo, para posteriormente viajar a Asia e imponerse en la Hong Kong Cup (grupo I), dotada con un premio hasta entonces inalcanzable para un caballo español: 100 millones de pesetas.